Siempre he pensado que llorar
limpiaba el alma, nosotras sentimos todo a la millonésima potencia multiplicada
por 10 y aun así se queda corta la operación. Sin embargo, he analizado los
diferentes tipos de llanto que han caracterizado mi vida, y decididamente se
reducen a dos.
El primero es el más común, en el
que empieza con un nudo en la garganta y de repente explotas a llorar. Ese es
el indicador de que una tormenta acompañará nuestro camino y es casi inevitable
empaparse.
Pero hay otro más peligroso, es
aquel que sale directo del corazón, no hay intermediarios. Es aquel llanto que
no ves venir, no hay nudo, sino un inmenso dolor que ni siquiera se siente en
alguna parte, sólo duele directo en el corazón. Puro dolor.
Ahora simplemente no puedo
llorar, estoy tan triste que ni siquiera mi cuerpo se atreve a derramar lágrimas.
Quiero gritar de dolor, llorarlo hasta que se vaya pero por alguna razón mi
cuerpo no lo permite. Parece que tengo un tapón y ni siquiera puedo quitarlo
porque no se donde está. Estoy muy triste y no puedo expresarlo..
Ojala pueda quitarlo pronto.
Necesito llorar.
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